¡Buenos días!
Durante el verano estuvimos realizando unos talleres en Zaratán donde el común denominador era el uso de tarros de conservas reutilizándolos para crear un alfiletero, un arreglo floral, ... así hasta cinco tarros diferentes. Allí estuvimos compartiendo las mañanas con varias mamás. Cada día se sumaban nuevas participantes y así conocí a Lucía. Ella venía con su mamá, Mª Ángeles, y como le encantan las manualidades, se sumó al grupo de madres para realizar sus tarros.
Pasó el verano y un día Mª Ángeles se puso en contacto conmigo por que a Lucía le apetecía celebrar su cumpleaños con sus amigas con un taller. Quería hacer un taller de pisapapeles.
Después de dar vueltas a las fechas, el día 15 de noviembre nos reunimos en una casita de la que disponen en el pueblo con un patio muy agradable donde Mª Ángeles preparó un Photocall adornado con unas macetas con flores de globo muy divertidas.
Poco a poco fueron llegando todas las amigas de Lucía, aunque su hermana Gema estaba por allí muy atenta. No quería perderse la fiesta.
Preparamos una mesa grande y comenzamos a cortar papel de seda y unos cuencos con cola. Las pegatinas eran ideales y con los enamels, esas bolitas planas de colores intensos, iban a quedar unos pisapapeles muy bonitos.
Así que, manos a la obra comenzaron a dar cola a sus piedras y a pegar papeles. Afortunadamente, Agustina aportó un secador que nos hizo más fácil la espera. Pues lo divertido era colocar las pegatinas y la humedad de la cola no nos dejaba. Resuelto el problema de la humedad, todas comenzaron a decorar sus pisapapeles. Hubo a quien le sobraron pegatinas, que quedaron muy decorativas en la carcasa del teléfono móvil. Un claro ejemplo de que el scrap no tiene límites.
Fue un taller lleno de energía, muy estimulante. Lo mejor, ver cómo disfrutaban, sobre todo Lucía que hizo su pisapapeles con mucho cuidado y esmero, A ella le encantan las manualidades, le gusta hacerlo bien y eso se nota. Felicidades Lucía, tu pisapapeles quedo precioso.
Después, disfrutaron de una riquísima merienda, pues había que reponer fuerzas.
Y así, me despedí del grupo, dejando que prosiguieran con su fiesta y con un trocito de bizcocho delicioso.
Gracias Mª Ángeles, Gracias Lucía.
Espero que hayas seguido haciendo trabajos tan bonitos como los que tú sabes hacer con las pegatinas restantes.
Un beso enorme.
¡Hasta pronto!